6 Claves para pedir sin miedo ni culpas

6 Claves para pedir sin miedo ni culpas

Las relaciones sociales son esos espacios compartidos donde, al lado de los demás, crecemos, aprendemos, damos y recibimos. Hay personas que viven las relaciones sociales con facilidad, que les apasionan y les sacan jugo; y hay a quienes les cuesta más relacionarse. Todo ello dependerá de la personalidad de cada uno.

Chica joven pidiendo mientras cruza los dedos

Lo importante es que nuestros entornos sociales, el conjunto de personas que tenemos alrededor, nos aporten más o menos en la misma medida en que les aportamos, es decir, que exista cierto equilibrio. De lo contrario, sentiremos que estamos entregándonos a los demás más de la cuenta o al revés, que no somos capaces de aportar a los demás.

Para lograr este equilibrio, hay que poner atención en el dar y el recibir. Es muy habitual tener facilidad para dar y dificultades para pedir, especialmente nos pasa a las mujeres, por la educación recibida y el sistema cultural en el que hemos crecido.

Saber pedir lo que necesitamos o lo que queremos a los demás es útil para encontrarnos mejor con nosotros mismos, lograr la coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos y, sobre todo, nos ayuda a conseguir objetivos.

Tanto en el ámbito personal como en el laboral, saber pedir puede abrirnos muchas puertas. En ocasiones, el miedo o la vergüenza nos bloquean y nos dificultan pedir, o la culpa se apodera de nuestra mente y hace presión. Cuando esto sucede, debemos abrazar esos sentimientos y enfocarnos en lo que queremos pedir, siguiendo estas claves:

1.Conoce bien tu petición y a tu interlocutor. Debes conocer al menos un poco a la persona a la que le vas a pedir algo, de esta forma será más sencillo establecer una conexión. Así mismo, debes tener muy claro a qué objetivo responde tu petición, es decir, qué quieres conseguir exactamente, cuándo y de qué manera; digamos, tu ideal. Para ello, te vendrá bien pensar en por qué quieres hacer esa petición, qué sentido tiene para ti.

2.Visualízate consiguiendo lo que quieres. Si eres de esas personas a las que el miedo les bloquea, imagina por un momento que hablas claro y consigues tu petición. Elige en tu mente el escenario ideal para recibir el “sí”, pregúntate: ¿cuál es el mejor momento?, incluso qué ropa llevarás puesta, qué emociones sentirás al pedir, por ejemplo, si estarás en calma, o enérgico. Este ejercicio simple te ayudará a aterrizar la petición en la realidad.

3.Prepárate para el sí y para el no. Cuando  pedimos, podemos tener éxito o recibir un no como una casa. Por eso, antes de pedir, sobre todo si es algo importante para ti, asegúrate de que estás listo para asumir, tanto la respuesta positiva como la negativa. Por ejemplo, si le vas a pedir a tu pareja que vayáis juntos a visitar cada domingo a tus padres, conviene decidir antes de pedir, si lo harás tú solo en caso de negativa, o si la propuesta es ir juntos o no ir ninguno.

4.Pide concretamente lo que quieres, ni más ni menos. La petición debe ser clara para que tu interlocutor entienda perfectamente lo que quieres. Por ejemplo, si vas a pedirle un aumento de sueldo a tu jefe, lo ideal es que le digas exactamente cuánto te parece justo cobrar, que cuantifiques la petición. De esta forma, será más fácil para él o ella aceptar o denegar la petición.

5.Razona tu petición. Hay un motivo que te lleva a pedirle una cosa a una persona. Explicar las razones por las que algo es importante para ti facilitará que tu interlocutor empatice contigo y te comprenda. Por ejemplo, si vas a pedirle a tu amigo ir de vacaciones juntos el próximo verano a una ciudad que extrañas, explícale por qué quieres ir allí, qué echas de menos exactamente y qué actividades te gustaría llevar a cabo si te acompaña.

6.Da espacio para la respuesta. A veces, determinadas peticiones requieren de reflexión o consultar algo con terceras personas. Cede un espacio razonable a la persona a quien le has lanzado tu petición para que responda con tranquilidad y margen.

Cuando vayas a lanzar tu petición, ten en cuenta estas claves y recuerda que un porcentaje de tu éxito depende de lo bien que tengas preparada tu petición, el momento que elijas para hacerla y, otra parte, dependerá de los deseos de tu interlocutor. Enfocándote en tu petición, en la acción en sí, será más fácil que tengas éxito y también que asumas los resultados, sean favorables o desfavorables, que no dependen al 100% de tus acciones.

¿Has usado alguna de estas claves alguna vez? ¿Te resulta fácil pedir?