Tecnoadicciones: nuevos síndromes a la vista

Tecnoadicciones: nuevos síndromes a la vista

Estamos en la Era Digital y las nuevas tecnologías son parte de nuestro día a día. Cualquier acción imprescindible para nuestra vida, podemos gestionarlas a través de los dispositivos móviles u ordenadores, como comprar a través de internet, usar las redes sociales y jugar a videojuegos en formato online. A raíz, de estas acciones, nacen nuevos síndromes por el uso continuado de dispositivos, las tecnoadicciones. 

¿Qué son las tecnoadicciones?

Las tecnoadicciones se basan en la obsesión y el deseo incontrolable de estar conectado a las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) a todas horas, y cuando el individuo llega a sentir malestar continuo y deterioro de su vida diaria. 

Suele describirse como la incapacidad de controlar el uso de algunos tipos de tecnologías en internet, dispositivos móviles y redes sociales.

Desde que estamos más conectados estos síntomas han aumentado. Gran cantidad de la población está conectada prácticamente todo el día, tanto por estudios como por trabajo, el problema surge cuando se vuelve incontrolable y está causando un malestar en la vida de las personas. 

Trastornos derivados de las tecnoadicciones

El principal síntoma que presentan las personas que padecen algún trastorno derivado de las adicciones a la tecnología es la necesidad de estar constantemente conectado. Llegan a tener tal relación de dependencia que el mayor miedo pasa por no tener wifi, batería en los dispositivos electrónicos o datos de navegación. 

A continuación explicamos algunos de los trastornos más frecuentes derivados de un mal uso de las tecnologías de la información y la comunicación:

Nomofobia

Es una de las tecnoadicciones más comunes. Este nombre proviene de la expresión inglesa “no mobile phone phobia” lo que viene a decir, la dependencia de las personas a los dispositivos móviles. 

La sensación de incomunicación del usuario por no tener su móvil, ya sea porque se ha quedado sin batería, no tiene cobertura o simplemente se le ha olvidado, crea un malestar en el individuo e incluso, llegan a tener síntomas como la ansiedad o ataques de pánico. 

Síndrome FOMO

Otro de los síndromes más comunes de las tecnoadicciones es el Síndrome FOMO. Este hace referencia al miedo a perderse algún contenido publicado en las redes sociales. 

Este síndrome está reconocido como una patología psicológica que puede conllevar serios problemas emocionales y mentales. 

Quien padece el síndrome FOMO está constantemente enganchado a un dispositivo con internet, por el miedo a perderse cualquier novedad, como comentario, me gusta o cualquier tema que sea viral. 

Ciberadicción

Otra de las adicciones más comunes y generales es la ciberadicción, el trastorno de adicción a Internet.

Esta patología está derivada del uso excesivo a internet hasta el nivel que afecta a la vida diaria de las personas.  

El 21% de los jóvenes está en riesgo de tecnoadicción 

Según la OMS, 1 de cada 4 personas sufre algún trastorno derivado de la conducta de las adicciones sin sustancias. 

Según un estudio realizado por la ONG Protégeles, colaborando con la Comisión Europea, el 21,3% de los jóvenes está en riesgo de ser adictos a las nuevas tecnologías. 

En España, el 15% de la población es adicta a las nuevas tecnologías y entre el 4% y el 10% de los niños y adolescentes españoles tienen adicción al móvil. 

Las adicciones generan cambios en la estructura y el funcionamiento del cerebro, presentando síntomas perjudiciales hacia las personas. 

Es importante que las tecnoadicciones sean tratadas como un problema de salud mental, y, por lo tanto, deben estar diagnosticadas y tratadas por especialistas en la materia.

Principales síntomas de las tecnoadicciones

Para conocer mejor estos trastornos vamos a enumerar los principales síntomas que presentan. Los trastornos derivados de las adiciones a las nuevas tecnologías, suelen tener síntomas similares:

  • Ansiedad y estrés por quedarse sin acceso a internet o a los dispositivos tecnológicos. 
  • Necesidad de estar pendiente de las últimas novedades de la red, lo cual genera un estado de alerta continuado, que activa el cortisol. 
  • Aislamiento social. Al estar conectados con los dispositivos nos desconectamos de la realidad no virtual y podemos llegar a poner en riesgo nuestra salud o la salud de nuestras relaciones, desatender cuestiones importantes. Podemos golpearnos, cruzar una calle sin mirar a los lados, desatender a un bebé, etc.
  • Pérdida de interés en los estudios u otras actividades que no tengan relación con aparatos tecnológicos. 
  • Sentimiento de nerviosismo cuando no se tiene acceso a internet o a los dispositivos. 
  • Trastornos del sueño y depresión, derivados de la exposición continuada a pantallas de luz azul y al estado de alerta sostenido en el tiempo.
  • Pueden llegar a darse ataques de pánico, en casos más extremos.

El problema no es la tecnología, el problema es el mal uso que se hace de ella 

Las nuevas tecnologías no son la causa de estos síndromes, como otras adicciones, el origen puede estar en la falta de habilidades sociales por parte de la persona o su baja autoestima. 

La educación puede tener un papel clave para prevenir estas adicciones. La respuesta no está en prohibir el uso de internet y de los dispositivos tecnológicos, sino en la importancia de hacerles ver que un uso excesivo puede acarrear consecuencias perjudiciales para su salud emocional. 

Es muy importante que desde edades tempranas, tanto padres y madres como profesorado de escuelas, institutos, etc., puedan prevenir estos trastornos, evitando el uso indebido y excesivo de las nuevas tecnologías y utilizando los límites para regular el acceso de los menores a la tecnología, de forma que se convierta en una herramienta útil para su desarrollo en vez de en un problema.

Si has detectado que necesitas apoyo en este tema, escríbenos sin compromiso para valorar tu caso.