Cómo relacionarte con un adolescente: límites, comunicación y un viaje al entendimiento 

Cómo relacionarte con un adolescente: límites, comunicación y un viaje al entendimiento 

La adolescencia es una etapa que a menudo cuesta entender, tanto para los padres como para los propios adolescentes. Una etapa en la vida en la que los jóvenes sufren una serie de cambios físicos, emocionales y sociales significativos, que en algunos casos pueden llevar a conflictos y tensiones en la unidad familiar. En este artículo vamos a ver cómo relacionarnos con un adolescente, establecer límites y trabajar la comunicación, para lograr un entendimiento y una relación cómoda. 

Cómo relacionarte con tu hijo adolescente

La adolescencia es una etapa de confusión para los padres y los jóvenes, en muchos casos es difícil encontrar la estabilidad y se vuelve complicado a la hora de relacionarse, pudiendo llegar la relación a límites que no se quiere. 

Por eso, hay que marcar unos límites y lo ideal es mantener una comunicación asertiva por parte de los padres hacia los hijos durante la adolescencia.  A continuación, te dejamos varias prácticas para mejorar la relación con tu hijo adolescente. 

Establecer límites claros entre padres e hijos

Los límites son fundamentales para el desarrollo saludable de los adolescentes. Eso sí, hay que recordar que los límites deben ser flexibles y adaptados a cada persona y sobre todo adaptarlos a medida que el adolescente vaya creciendo. No son las mismas necesidades con 15 que con 20 años. 

Lo ideal es tener conversaciones frecuentemente con el adolescente y dejarle exponer sus opiniones. Esto le dará la sensación de autonomía y no se sentirá encorsetado tras las reglas de sus padres, cuando haya que poner límites existirá una comunicación fluida, que lo hará más sencillo. 

Fomentar una comunicación abierta

La comunicación asertiva es esencial para construir una relación sólida entre padres y adolescentes. Escucharlos activamente y mostrar interés por sus pensamientos y opiniones, hará que se sientan más a gusto y menos juzgados. 

Establecer momentos para conversar sin distracciones como la cena o dar un paseo puede unir mucho los lazos entre padres e hijos, y pueden llegar a comprenderse unos a otros, cada uno desde su etapa vital. 

Practicar la empatía

Los adolescentes están lidiando con una gran cantidad de cambios y desafíos en estas edades, normalmente experimentan una montaña rusa de emociones, en un momento se encuentran mal y en otro se encuentran eufóricos. Practicar la empatía permite comprender sus sentimientos y perspectivas en cada momento. 

Es importante, intentar no minimizar o ignorar sus preocupaciones y validar sus emociones. Tener empatía les demuestra que pueden sentirse seguros y de esta manera, fortalecer el vínculo entre padres e hijos. 

Descubrir los intereses comunes

Una buena manera de conectar con los adolescentes es descubrir qué intereses tenéis en común.  Como por ejemplo: la música y acudir a conciertos, los deportes y algún equipo en concreto, series o películas del mismo género, mostrar interés en las cosas que le apasionan los hará sentirse valorados. 

Además, es una gran oportunidad para crear recuerdos y realizar cosas juntos, lo que fortalecerá la relación. 

Fomentar la toma de decisiones en un conjunto

Ante la infancia, habitualmente las personas adultas son quienes toman las decisiones, pero es importante que cuando son adolescentes, se tenga en cuenta su opinión. Preguntar en vez de afirmar ya aporta un valor a su decisión y sentirá que forma parte. 

Otra forma de fomentar la toma de decisiones de forma autónoma es trabajar el saber decir que “no” en ciertas situaciones. Los adolescentes suelen ser muy permisivos, sobre todo cuando se trata de las amistades, pero esta habilidad les será de gran utilidad, así como a los padres y madres.  

No tomarse todo lo que hace el adolescente como algo personal

La mayoría de padres piensan que la actitud irreverente y arrogante de sus hijos tiene el objetivo de fastidiarlos a ellos, pero nada que ver, en muchas ocasiones los adolescentes tienen sentimientos encontrados que no saben cómo gestionar y recurren a estas actitudes. Lo ideal es dejar apagar la llama y no avivarla. Cuando los ánimos estén más calmados, puedes hacerle ver que esos actos te lastiman y que hay otras formas más favorables de relacionarse. 

Cuidado con las adicciones

Como venimos hablando, la adolescencia es una etapa de muchos cambios, pero también de experimentar. Algunos de ellos acaban teniendo adicciones que  hacen que su mal comportamiento se acentúe. Una de las adicciones más habituales en estos tiempos son las tecnoadicciones, un problema cada vez más extendido entre la población adolescente. En estos casos lo ideal es acudir a un especialista que pueda tender puentes de unión entre los adolescentes y los padres cuando las cosas se tuercen. 

Relacionarse con un adolescente puede suponer un desafío, pero con límites claros, una comunicación abierta y empática, se pueden establecer conexiones más sólidas entre padres e hijos. 

Recuerda que el objetivo principal es construir una relación de confianza y respeto mutuo. A medida que los adolescentes crecen y se desarrollan, estar presente y mostrarles el apoyo incondicional es fundamental. 

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