Modelo Maudsley, Modelos de cuidadores en TCA

Modelo Maudsley, Modelos de cuidadores en TCA

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) se traducen en complejas condiciones que afectan no solo a quienes los padecen, sino también a sus seres queridos y cuidadores. En el camino hacia la recuperación, la intervención de los cuidadores desempeña un papel crucial. Uno de los enfoques más destacados en este ámbito es el Modelo Maudsley, Modelos de cuidadores en TCA que se ha convertido en una herramienta valiosa para abordar estos trastornos desde una perspectiva emocional y conductual.

El rol de los cuidadores en el Modelo Maudsley

mujer acaricia cabeza de adolescente

El Modelo Maudsley, también conocido como Terapia Familiar, es un enfoque terapéutico diseñado para adolescentes con anorexia nerviosa. Su objetivo es restaurar y normalizar los patrones alimentarios mediante la colaboración activa de los padres o cuidadores. Este modelo se basa en que los padres pueden ser una parte fundamental del proceso de recuperación del paciente.

En el contexto del Modelo Maudsley, se han identificado diferentes estilos de cuidadores, cada uno con sus características distintivas. Estos estilos se han comparado a menudo con animales para ilustrar mejor las estrategias de afrontamiento emocional y conductual que emplean.

Modelos de cuidadores en TCA

En cuanto a estilos de afrontamiento emocional por parte de las familias y de la persona afectada, podemos encontrar varios modelos de cuidadores:

La medusa: Persona cuidadora que tiende a tener una fuerte manifestación de las emociones. Su forma de manifestarse suele ser con frases como “no puedo soportarlo”, “cómo puedes hacernos esto” y sus principales reacciones suelen ser llorar, enfadarse, recriminar a la persona con TCA sus conductas. Suele ser una persona que tiene las emociones a flor de piel y puede llegar a sufrir ansiedad. 

La persona afectada, frente a este comportamiento, tiende a no mostrar sus emociones. 

El avestruz: La persona que tiene este estilo de comportamiento tiende a evitar el conflicto, no muestra emoción alguna porque no quiere meterse en discusiones ante las conductas del TCA. Piensan que la persona que sufre el trastorno puede solucionarlo por sí solo, que no es para tanto o que son cosas de la edad. No quiere ver el problema. Son personas que se vuelven frías, distantes y evitan pasar tiempo con la persona con TCA. 

La persona afectada, frente a este comportamiento, suele aislarse y sentirse incomprendida.

San Bernardo: Estos perros suelen utilizarse en catástrofes, por ser cálidos, serenos, calmados y empáticos, son perros que ayudan pero no invaden. Los cuidadores que son así manifiestan sus emociones de forma armónica, tienden a la calma, la serenidad, son compasivos, son personas que aportan un apoyo y cuidado a la persona que padece TCA. 

La persona afectada se siente entendida y segura. 

En cuanto a tipos de afrontamiento de estilo de cuidados, podemos encontrar otros modelos de cuidadores:

El canguro: Esta persona cuidadora tiene la tendencia a la sobreprotección. Suele asustarse, angustiarse y tiene miedo a equivocarse. Se hace cargo de todo con tal de que el enfermo no se estrese, tiene desconfianza en la capacidad de autonomía, lo que crea una dependencia a la persona que sufre TCA. 

La persona afectada no puede desarrollar habilidades de afrontamiento por sí misma, ya que su cuidador no la deja. 

El rinoceronte: Cuidador con tendencia al control y la directiva, reacciona con malas caras, amenazas y culpa al enfermo. Tiene tendencia a la crítica y explota fácilmente enfadado por querer tener siempre la razón. Confrontan con argumentos basados en la lógica y son muy rígidos. 

El delfín: Es el modelo ideal de cuidador, es el equilibrio entre la protección y la directividad. Nada en la misma dirección del paciente, asiste en el proceso de recuperación, en ocasiones guiando y en otras, apoyando. Confía en el paciente y en las capacidades de afrontamiento frente a la enfermedad. Es capaz de marcar límites de forma calmada y en el momento oportuno, sin perder de vista el momento en el que se encuentra la persona afectada. 

Cuando un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) llega a una familia, ésto lo cambia todo y no es nada fácil de afrontar tanto por el paciente como por sus familiares.

El trabajo que realizamos en terapia es orientar a las familias para que puedan ayudar de manera eficaz a la persona con TCA, estas necesitan unas pautas para lidiar con los síntomas y reducir los niveles de estrés de la situación. 

El Modelo Maudsley destaca la importancia de una colaboración efectiva entre los individuos afectados y sus cuidadores. Reconocer y abordar los diferentes estilos de cuidadores permite adaptar las estrategias terapéuticas para lograr un impacto positivo en el afrontamiento emocional y conductual. 

A medida que avanzamos en este viaje hacia la recuperación, recordemos que cada persona es única, y la empatía y la comprensión desempeñan un papel fundamental en el camino hacia la curación.