Cómo elegir a tus amistades (y por qué es clave para tu bienestar emocional)
¿Alguna vez has sentido que hay personas que te recargan las pilas y otras que, sin darte cuenta, te las vacían? A veces lo intuimos, pero no siempre somos conscientes de hasta qué punto el entorno emocional que nos rodea afecta a nuestra salud mental. La familia, la pareja, los amigos… Todas esas relaciones tienen un impacto directo en cómo nos sentimos y en cómo enfrentamos los retos del día a día. Hoy hablamos de cómo elegir a tus amistades (y por qué es clave para tu bienestar emocional).
Tu entorno: ¿te impulsa o te hunde?
Hay algo que cada vez observamos más en consulta: la relación entre el entorno y el bienestar psicológico de las personas que acompaño. Cuando estás rodeado de personas que te escuchan de verdad, que te apoyan sin juzgarte, que te dan espacio para ser tú mismo/a, todo se hace un poco más llevadero. El estrés se reduce, la ansiedad se calma y la autoestima se fortalece.

En cambio, si tu círculo más cercano es una fuente constante de presión, críticas o indiferencia emocional, es probable que te sientas desbordado/a, agotado/a o incluso que empieces a desconectarte de tus propias emociones. Esto no solo ocurre en la edad adulta: los niños y adolescentes también son extremadamente sensibles a su entorno emocional.
De hecho, muchas veces detrás de una conducta alterada o de un trastorno de la conducta alimentaria hay una historia de incomprensión, aislamiento o falta de apoyo real en su contexto más inmediato.
Escuchar de verdad: una forma de cuidar
No se trata solo de «estar ahí». Se trata de escuchar activamente, sin juzgar ni querer solucionar todo al instante. Acompañar a alguien emocionalmente implica validar sus emociones, darle espacio para expresarse y transmitirle que no está solo/a. Esto, que parece tan básico, marca una gran diferencia, especialmente cuando hay una situación de ansiedad o estrés sostenido.
En el caso de los trastornos de la conducta alimentaria, por ejemplo, el acompañamiento del entorno es uno de los factores más importantes para la recuperación. Muchas chicas (y también chicos) sienten que no pueden hablar abiertamente con sus padres, que sus amistades no entienden por lo que están pasando, o que sus parejas minimizan lo que sienten. Eso hace que se aíslen más, y ese aislamiento alimenta el trastorno. En cambio, cuando tienen personas que los escuchan con empatía, que no les fuerzan pero sí les acompañan, todo cambia. Porque sentirse visto/a, comprendido/a y no juzgado/a es, muchas veces, el primer paso para sanar.
Cómo saber si una relación te está afectando
Puede que estés leyendo esto y te vengan a la mente ciertas personas. No hace falta que nadie de tu entorno sea perfecto, pero sí es importante que tus relaciones te hagan sentir seguro/a, aceptado/a y respetado/a.
Aquí tienes algunas señales de que una relación (ya sea con tu pareja, un amigo/a o incluso un familiar) puede estar perjudicando tu bienestar:
- Te sientes más ansioso/a o estresado/a después de estar con esa persona.
- Sientes que no puedes ser tú mismo/a, o que tienes que estar constantemente justificándote.
- No te sientes escuchado/a o comprendido/a.
- Hay críticas constantes, burlas o comentarios que te hacen dudar de ti mismo/a.
- Esa persona minimiza tus emociones o te hace sentir “exagerado/a”.
Y ahora, al revés, hablemos de cómo es una relación que te cuida y te impulsa:
- Te sientes libre para compartir lo que piensas y sientes.
- Sabes que puedes contar con esa persona en momentos difíciles.
- Te anima a crecer, pero sin exigencias ni presiones.
- Respeta tus límites y tus decisiones.
- Te escucha de verdad, con presencia y sin juicios.
¿Has identificado en tus relaciones con personas de tu entorno alguna de estas características? Reflexionar sobre ello puede ser un primer paso de toma de consciencia para mejorar tu entorno y su influencia en tu bienestar emocional.
Educar en el apoyo emocional: empieza por casa
Si eres madre, padre, pareja o cuidador/a, tienes un papel clave. El apoyo emocional no es algo que solo se necesita en momentos de crisis: es una base que construye salud mental a largo plazo.
Puedes enseñar con el ejemplo: mostrando empatía, validando emociones, preguntando cómo se sienten los demás y mostrando interés sincero. Y si no sabes cómo hacerlo, no pasa nada, puedes aprender. A veces solo necesitamos herramientas para comunicarnos mejor o para aprender a escuchar sin intentar “arreglar” al otro.
Desde Bernús Psicología, acompaño a personas que quieren mejorar su comunicación y su forma de relacionarse, a través de la psicología en Zaragoza y online. A lo largo de todos estos años de trayectoria he podido observar que, cuando el entorno cambia, también cambia la forma en que vivimos las dificultades.
Elegir bien a quién dejamos entrar
No siempre podemos elegir a nuestra familia, pero sí podemos decidir cómo nos relacionamos con ellos. Y sí que podemos elegir nuestras amistades y nuestra pareja.
Rodéate de personas que te sumen, que te respeten y que te impulsen a ser tu mejor versión. A veces, el mayor acto de amor propio es poner límites y priorizar tu paz mental.
Recuerda: no estás solo/a. Y mereces estar rodeado/a de personas que te lo recuerden cada día.