Aceptación corporal: aprende a quererte tal como eres
En nuestra sociedad, los mensajes sobre cómo debería ser el cuerpo “ideal” están en todas partes. La aceptación corporal busca romper con esos estándares y fomentar una relación saludable con nuestro propio cuerpo. Aprender a valorarlo tal y como es no significa resignación: significa reconocer su funcionalidad, su diversidad y su belleza única.
Aprende a cuidar tu cuerpo con respeto
Aceptar nuestro cuerpo no implica renunciar a cuidarlo. Al contrario, la psicología destaca la importancia de diferenciar entre cuidarse desde el bienestar y obsesionarse con la apariencia.

Estrategias como el mindfulness, la autocompasión y reestructuración cognitiva ayudan a ganar consciencia y a cambiar la narrativa interna de “mi cuerpo está mal” a “mi cuerpo es funcional y valioso”.
Además, una forma poderosa de cultivar la aceptación corporal es agradecerle al cuerpo por todo lo que hace por ti cada día. Desde la respiración automática que sostiene la vida, la regeneración celular, la cicatrización de heridas, hasta el crecimiento constante del cabello y las uñas, nuestro cuerpo realiza funciones extraordinarias que a menudo pasamos por alto.
Reconocer y agradecer estas capacidades nos ayuda a valorar nuestro cuerpo desde la admiración y el respeto, en lugar de centrarnos únicamente en su apariencia y en la estética que dictan las normas sociales o culturales.
Diversidad corporal y adolescencia: acompañar sin juzgar
Durante la adolescencia, la percepción del cuerpo se ve especialmente influenciada por la presión social. Fomentar la diversidad corporal y enseñar a los jóvenes a aceptar su cuerpo ayuda a prevenir problemas de autoestima y ansiedad. La familia puede acompañar mediante:
- Escucha activa y validación de emociones.
- Evitar comentarios sobre el peso o la apariencia.
- Promover hábitos saludables desde la funcionalidad, no la estética.
- Ser ejemplo, modelos de autoaceptación y respeto por la diversidad corporal.
“Estoy bien así”: el valor de la autoaceptación
Decir “estoy bien así” es un acto de salud mental y resiliencia emocional. Reconocer que nuestro valor no depende de la talla, el peso o la apariencia permite vivir con mayor libertad y disfrutar de la vida sin presiones externas. La aceptación corporal fortalece la autoestima y contribuye a relaciones más sanas con uno mismo y con los demás.
Estrategias psicológicas para fomentar la aceptación corporal
Algunas herramientas útiles desde la psicología incluyen:
- Conciencia y autoobservación: identificar pensamientos críticos y cuestionarlos.
- Mindfulness y autocompasión: valorar nuestro cuerpo sin juzgarlo.
- Reestructuración cognitiva: cambiar pensamientos negativos por interpretaciones más ajustadas a la realidad y adaptativos
- Exposición positiva a la diversidad: rodearse de referentes que representen cuerpos diversos y reales en aceptación y puesta en valor.
Más allá de estas estrategias, existen hábitos diarios que refuerzan la aceptación corporal y nos ayudan a interiorizar una relación más positiva con nuestro cuerpo. Por ejemplo, practicar ejercicio físico que nos haga sentirnos fuertes y saludables, y no hacerlo por estar delgados, sino por salud y sin obsesionarnos; nutrirnos con alimentos que nos den energía y bienestar, y no solo por estética; dedicar momentos a descansar y relajarnos, reconociendo que nuestro cuerpo necesita recuperarse.

También ayuda mantener un diálogo interno amable, evitando la autocrítica y celebrando pequeños logros y capacidades del cuerpo, desde el agradecimiento. Algunos ejemplos de practicar un diálogo interno positivo y compasivo, pueden ser:
- “Mi cuerpo me permite moverme y disfrutar de la vida, y eso es suficiente”.
- “Hoy me siento agradecido/a por lo que mi cuerpo hace por mí, aunque no sea perfecto”.
- “Puedo cuidar de mí mismo/a sin juzgar mi apariencia”.
- “Mi valor no depende de cómo luzca, sino de quién soy y lo que hago”.
- “Estoy haciendo lo mejor que puedo por mí y eso es suficiente”.
Repetir este tipo de afirmaciones, incluso en pequeños momentos del día, ayuda a reemplazar la crítica constante con autocompasión y reconocimiento de la funcionalidad y fortaleza del cuerpo.
En resumen, estas estrategias y hábitos nos permiten desarrollar una relación más compasiva y realista con nuestro cuerpo. No se trata de alcanzar un ideal estético, sino de reconocer nuestras fortalezas, cuidar de nuestra salud física y emocional, y fomentar la autoaceptación día a día. Integrar estas prácticas contribuye a fortalecer la autoestima, mejorar la salud mental y a vivir con mayor bienestar y libertad, lejos de la presión de los estándares sociales.
En conclusión, se trata de valorar la diversidad y la realidad de nuestro cuerpo. La aceptación corporal y la diversidad son esenciales para la salud mental y el bienestar. Además, integrar estas estrategias y hábitos nos previene de padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Aprender a cuidarse, respetarse y valorarse, sin compararse con ideales irreales, permite a adolescentes y adultos construir una relación más sana con su cuerpo. Cada cuerpo es único y su diversidad nos hace valiosos.
Si necesitas ayuda para mejorar tu relación con tu cuerpo, o quieres poner en práctica estas estrategias psicológicas para la aceptación corporal acompañado, pide cita aquí, estaré encantada de apoyarte en este proceso.
